Irma Barquet Las listas de útiles escolares, hace muchos años, solían incluir un cuaderno de doble raya, una pluma fuente y un frasco de tinta, necesarios en el aprendizaje de la escritura durante el curso de la educación primaria, aunque desde el preescolar ya se enseñaban algunos trazos para identificar las letras (y sus sonidos), lo que preparaba a la niñez en su arribo al nivel educativo básico. Estas lecciones, apoyadas con el Método Palmer (con el que aprendí y que aun conservo), constaban de ejercicios caligráficos cuya finalidad era “soltar la mano” y desarrollar los trazos de cada letra para, posteriormente, unirlas con otras en la formación de palabras. Este método guarda en su contenido aspectos que se debían tomar en cuenta como la postura sedente adecuada; la manera correcta de sostener la pluma, los movimientos del brazo (desde la punta de los dedos hasta el codo), la inclinación del cuaderno, así como la forma y la dirección precisas para realizar la p...
Irma Barquet Se ha enfrentado a las más cruentas batallas y ha salido triunfante. La savia que estimula su torrente es imparable, implacable, enérgica, corre libremente por sus vías. Le cubre un impenetrable escudo, como un gigantesco castillo fortificado, un coloso, que le hace vencer el temor, como una gran fortaleza, amurallada, poderosa. Por dentro es suave, sutil, dulce, tierno y al mismo tiempo apasionado. Es dinámico, rítmico, acompasado, persigue la sola misión de mantener viva la flama; siempre con la brújula bien puesta, con el rumbo definido, impulsado por ese elemento vivificador que nada lo detiene: el amor. Parece el cofre de un tesoro en el que se guardan sentimientos y emociones de inmenso valor, que abre y cierra en concordancia con la vida. Dispara ráfagas de luz radiante, que ilumina el camino que transita y lo mantiene al alba, dispuesto a afrontar hasta los embates más insólitos. Refugio de su intacta alma, de posesión divina, que solo el Supremo ...
Irma Barquet Galaxia Luna era una niña pequeña, muy delgada, de piel morena y ojos vivarachos. Su larga cabellera oscura, caía ensortijada sobre su espalda, hasta la cintura. Alegre, juguetona, sonriente, a todas las personas contagiaba con su energía. Sus primas y primos, de tez blanca, cariñosamente le decían “Negra”. Su papá falleció antes de que ella naciera. Su mamá y ella solían compartir la misma casa con la familia de su tía, quienes tenían mucho apego. El esposo de su tía recibió la instrucción laboral del traslado a otro estado lejano, por lo que la prole completa tuvo que cambiar de lugar de residencia. Luna contaba con 5 años de edad cuando se mudaron a San Jerónimo, un pequeño pueblo ubicado en la zona de la Costa Grande del estado de Guerrero, a poca distancia del puerto de Acapulco, muy lejos de su lugar de origen al sureste de la República Mexicana. La precaria situación económica en la que estaban, obligó a la mamá de Luna a aceptar realizar las labores...
Hola Irmita creo que es lo más corto que he leído viniendo de ti, pero muy profundo y reflexivo
ResponderBorrarFelicidades
Como siempre reflexiones y mucho más. Gracias
ResponderBorrarALGO PARA REFLEXIONAR,SALUDOS.
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