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Mostrando las entradas de marzo, 2023

DON ÁNGEL (Última parte)

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  Irma Barquet Dolores Rodrigo Arranz   La primera parte de este relato da cuenta de la vida de Don Ángel antes de llegar a México y acerca de su travesía a nuestro país; en la siguiente entrega, se abordaron algunas anécdotas relativas a su vida laboral y al poderoso Chevrolet que solía manejar. Continuamos con la narración de algunos otros acontecimientos que nos recuerdan al personaje de esta historia: Hacía honor a su nombre, pues tenía “mucho ángel” en su trato con las personas. Era un excelente conversador, siempre informado, contaba con una cultura muy vasta, por lo que sus pláticas eran muy interesantes. Con frecuencia provocaba la risa de sus interlocutores cuando contaba algún chiste pues le faltaba chispa, entonces la gente reía no por el gracejo en sí, sino por la forma en que lo narraba. Casi cada fin de semana acostumbraba llevar a sus nietas al hotel La escondida, en Tehuixtla, Morelos, cuyo propietario, Don Paco, paisano de Don Ángel, le reservaba una cabaña,

DON ÁNGEL (Segunda Parte)

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  Irma Barquet Dolores Rodrigo Arranz   En la primera parte de esta narración, después de haber puesto en contexto los avatares que vivió el protagonista de esta historia, así como su travesía hacia México, emprendió un negocio donde se ponía a disposición de los comensales la degustación de platillos españoles, con lo que continuamos la plática de esta aventura: La Madrileña El restaurante al que hacemos alusión, “La Madrileña”, inicialmente era de los señores Borasteros, a quienes Don Ángel, con mucho esfuerzo, se los compró. Tanto él como su esposa tuvieron que trabajar, sin decirles a los clientes que eran los propietarios, para asegurar las buenas propinas que caían muy bien en esos momentos. Cuando terminaba su jornada en el Banco de Londres y México, en el que se desempeñó como funcionario, se dirigía a la Colonia Roma, en la calle de Mérida, casi esquina con Tabasco para que, después de colgar su saco y dejar su portafolios atrás de la barra, se ponía el mandil para a