Irma Barquet Adriana Anaya Los nostálgicos recuerdos de la infancia, de la juventud, que le han dado significado al trayecto de una vida compartida con familia y amistades, en una ciudad, en una nación cuyas condiciones se consideran mejores que las actuales, que envolvieron los periplos inolvidables, gozosos, felices y llenos de libertad, provocan la reflexión de una mujer que desea una vida satisfactoria, segura y positiva a su nieta y, también, a las nuevas generaciones. La percepción de México que ha proporcionado muchas oportunidades, en más de un sentido, a sus niños, a sus jóvenes y el deseo ferviente de mejorar la situación existente, mi invitada especial, Adriana Anaya, manifiesta su preocupación por Lucía, su nieta, y pone a disposición las siguientes líneas: Yo crecí en un México muy distinto al de ahora. Era un país limpio, seguro, amable. En mi niñez, cuando salíamos de vacaciones, el día y la calle eran nuestros. Terminábamos de...
Irma Barquet Galaxia Luna era una niña pequeña, muy delgada, de piel morena y ojos vivarachos. Su larga cabellera oscura, caía ensortijada sobre su espalda, hasta la cintura. Alegre, juguetona, sonriente, a todas las personas contagiaba con su energía. Sus primas y primos, de tez blanca, cariñosamente le decían “Negra”. Su papá falleció antes de que ella naciera. Su mamá y ella solían compartir la misma casa con la familia de su tía, quienes tenían mucho apego. El esposo de su tía recibió la instrucción laboral del traslado a otro estado lejano, por lo que la prole completa tuvo que cambiar de lugar de residencia. Luna contaba con 5 años de edad cuando se mudaron a San Jerónimo, un pequeño pueblo ubicado en la zona de la Costa Grande del estado de Guerrero, a poca distancia del puerto de Acapulco, muy lejos de su lugar de origen al sureste de la República Mexicana. La precaria situación económica en la que estaban, obligó a la mamá de Luna a aceptar realizar las labores...
Irma Barquet Se ha enfrentado a las más cruentas batallas y ha salido triunfante. La savia que estimula su torrente es imparable , implacable, enérgica, corre libremente por sus vías. Le cubre un impenetrable escudo , como un gigantesco castillo fortificado, un coloso , que le hace vencer el temor, como una gran fortaleza, amurallada, poderosa. Por dentro es suave, sutil, dulce, tierno y al mismo tiempo apasionado. Es dinámico, rítmico, acompasado, persigue la sola misión de mantener viva la flama; siempre con la brújula bien puesta, con el rumbo definido, impulsado por ese elemento vivificador que nada lo detiene: el amor . Parece el cofre de un tesoro en el que se guardan sentimientos y emociones de inmenso valor, que abre y cierra en concordancia con la vida. Dispara ráfagas de luz radiante, que ilumina el camino que transita y lo mantiene al alba, dispuesto a afrontar hasta los embates más insólitos. Refugio de su intacta alma, de posesión divina, que solo el Su...
Hola Irmita creo que es lo más corto que he leído viniendo de ti, pero muy profundo y reflexivo
ResponderBorrarFelicidades
Como siempre reflexiones y mucho más. Gracias
ResponderBorrarALGO PARA REFLEXIONAR,SALUDOS.
ResponderBorrar