HISTORIAS DE MUJERES


Irma Barquet

Tengo un especial gusto por leer biografías e historias de mujeres que se distinguen por algo, por lo que me he dado a la tarea de investigar e informarme acerca de algunas figuras femeninas que fueron sobresalientes en la época de México de la posrevolución, más o menos en los años 20, 30 y 40 del siglo XX.

Puedo mencionar, por ejemplo, a Nahuí Ollin, María Antonieta Rivas Mercado, Tina Modotti, Frida Khalo, Pita Amor… Quienes han sido, desde mi punto de vista, sobresalientes por su talento artístico ya sea en la plástica, en el espléndido uso de la pluma o cualquiera que fuera su área y también por atreverse a enfrentar a la sociedad a la que pertenecieron.

Casualmente encontré un libro de Rosa Montero en mi biblioteca personal. No recuerdo cómo cayó en mis manos: “Historias de mujeres”. Estoy segura que nada es accidental y que tenía algo por lo que llamó mi atención, entonces me di cuenta que es una recopilación de biografías de féminas de varias nacionalidades, que tuvieron una aportación importante en el ámbito de su competencia.

Son 15 relatos de mujeres de diferentes épocas y de diversos lugares de origen. Todas de un espíritu combativo, que tuvieron que afrontar situaciones y luchas difíciles por el hecho de haber sido mujeres y pertenecer a sociedades herméticamente estúpidas, para soportar que ellas destacaran en áreas que sólo eran permitidas a los hombres.

Algunas de ellas se vieron en la necesidad de adoptar nombres y apariencias masculinas para poder darse a conocer como artistas de la lengua escrita o de la música. Otras, se vieron obligadas a esconderse en la sombra de sus maridos, quienes usufructuaban de sus talentos, lo que generaba cuantiosas fortunas.

Se presentan diferentes rasgos de personalidad aunados con los embates de las características de quienes se dedican a los ámbitos artísticos, que, en su conjunto, hacen casi incomprensibles los comportamientos y las formas de manifestar la sensibilidad de esas magníficas mujeres, que, en primera instancia, se enfrentaban con los monstruos que tenían por compañeros sentimentales y de vida.

Eran apasionadas e intensas.  Podrían parecer trastornadas, sin embargo, las etiquetas a las que eran acreedoras, provenían del ambiente machista de una sociedad que les impedía ser en su totalidad, en cuanto se tratara de cuestiones que se asumían como “sólo para hombres", como pensar, crear, diseñar, soñar, desear…

La factura que pagaron fue muy cara, no obstante, su tesón para continuar en el desarrollo de sus talentos.

En sus relaciones amorosas fueron entregadas, aunque la mayor parte de las ocasiones, mal correspondidas. Se jugaban todo por el todo, sin embargo, al final se doblegaban porque la presión social y marital se los exigía. 

En el libro aparecen los relatos de la vida de estas guerreras, contextualizados por el entorno inmediato y el momento histórico, lo que a ellas las hace especiales y a la obra la torna interesante. Imposible dejar la lectura.  Al final de cada narración, los suspiros se escapan al igual que los pensamientos y las reflexiones… Posibilita los viajes imaginarios, así como la sensación vívida de transitar en el tiempo.

Las biografías encierran verdades con enfoques feministas, tema bastante antiguo y controversial aún en nuestros días. La escritora, conocida por muchas personas, Agatha Christie, cuya propia experiencia fue la inspiración de sus libros, nació en 1890. Mary Wollstonecraft quien “estableció las bases del feminismo moderno", llegó a este mundo en 1759. La española, Zenobia Camprubí, abrió los ojos a la vida en 1887, creó una institución educativa para niñas y niños campesinos, anulada por el autor de “Platero y yo", su esposo.

Simone de Beauvoir, “enseñó que la mujer podía ser por sí misma", París dio la noticia de su existencia en 1908. Lady Ottoline Morrell, mentora y mecenas, protectora de artistas e intelectuales, miró la luz por primera vez en 1873 en Gran Bretaña. Alma Mahler, pianista, componía música, esposa del compositor con el mismo apellido, en 1879, en Viena, lanzó el primer llanto. España dio a luz, en 1874, a María Lejárraga, quien escribió “Canción de cuna", obra firmada por su marido.

“La más malvada", Laura Riding, poeta, crítica literaria, creía que poseía poderes sobrenaturales, nació en Nueva York en 1901. Aurore Dupin, adoptó el nombre masculino de George Sand, así como la imagen, para poder publicar su obra literaria. Isabelle Eberhardt, tenía la capacidad de hablar siete idiomas, escribió cuentos, novelas, diarios, también vestía de hombre. Está incluida en esta obra, Frida Kahlo, pintora mexicana, cuya vida, además de atormentada, fue intensa y colorida, ocurrió su deceso en 1954.

Aurora y Hildegart Rodríguez, madre e hija, respectivamente, la primera le dio vida y muerte a la segunda, quien fue inteligente y estudiosa, ambas de origen español. Margaret Mead, a quien yo conocía por sus planteamientos antropológicos, profundizar en su trayectoria de vida, ha sido impresionante, cuya despedida fue en 1978 a causa de un terrible cáncer.  Camille Claudel, envuelta en un tórrido amor con Rodin, de quien aprendió el arte de la escultura, Villeneuve, Francia, le dio la bienvenida en 1864. Las hermanas Brontë, Charlotte, Emily y Anne, escritoras, utilizaban seudónimos masculinos, ellas crearon historias inolvidables y clásicas como “Cumbres borrascosas” y “Jane Eyre", llevadas también a la pantalla grande.

Así pues, mujeres, mujeres y más mujeres, han dejado una gran huella en su paso aguerrido por este mundo. 

Historias de Mujeres de Rosa Montero… Ampliamente recomendable.




Comentarios

  1. MUY INTERESANTE MI QUERIDA IRMA, "HONOR A QUIEN HONOR MERECE"
    EN MI CASO TENGO UN EXCELENTE EJEMPLO DE VIDA, MI MADRE SIEMPRE
    HA SIDO UNA MUJER QUE NO SE CONFORMÓ CON EL PAPEL DE "SEÑORA DE SU CASA"
    Y ADEMÁS DE SER PROFESIONISTA EXITOSA SE DESARROLLÓ EN DIFERENTES
    ÁMBITOS,LA EDUCACIÓN FUE UNO DE ELLOS.HOY A SUS 80 Y TANTOS AÑOS SIGUE
    ACTIVA Y TRABAJANDO .
    COMO SIEMPRE ES UN LUJO LEERTE,SALUDOS.

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  2. Gracias Irma. Si de mujeres se trata, seguramente ya leíste Tinísima, de Elena Poniatowska. Se lo recomiendo a tus lectoras. Un abrazo.

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