Irma Barquet Adriana Anaya Los nostálgicos recuerdos de la infancia, de la juventud, que le han dado significado al trayecto de una vida compartida con familia y amistades, en una ciudad, en una nación cuyas condiciones se consideran mejores que las actuales, que envolvieron los periplos inolvidables, gozosos, felices y llenos de libertad, provocan la reflexión de una mujer que desea una vida satisfactoria, segura y positiva a su nieta y, también, a las nuevas generaciones. La percepción de México que ha proporcionado muchas oportunidades, en más de un sentido, a sus niños, a sus jóvenes y el deseo ferviente de mejorar la situación existente, mi invitada especial, Adriana Anaya, manifiesta su preocupación por Lucía, su nieta, y pone a disposición las siguientes líneas: Yo crecí en un México muy distinto al de ahora. Era un país limpio, seguro, amable. En mi niñez, cuando salíamos de vacaciones, el día y la calle eran nuestros. Terminábamos de...
Al tiempo buena cara.
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