PARA AHMAR*, UNA EMOTIVA MISIVA
Irma Barquet Querida Ahmar : Recuerdo cuando te conocí, estaba muy inquieta hasta tu llegada inesperada, sorpresiva. Me puse un poco nerviosa, con muchas dudas, con incertidumbre. Constantemente me preguntaba ¿cómo tratarte? ¿qué ofrecerte? ¿qué necesitabas para estar confortable? La constancia hizo que me sintiera más cómoda cada vez que te veía, pude encontrar, en mi vida, el sentido a tu presencia. Tú, como la soprano de mi ópera prima, en tu espléndido debut, imprimiste el colorido emocional en el que se exacerban todos los sentidos, las sensaciones intensas, casi exageradas, propias del humor de las telenovelas. Acumulé muchas enseñanzas gracias a ti, Ahmar: Observar la luna y sus mareas, dejar fluir y sentir cómo se liberaba mi cuerpo, escuchar mis emociones y el calor de mi piel, percibir mi voz de mujer, dejarme habitar por tu fuerza y re-conocer tu más profundo significado en mi ser. Tener tacto y moderación, guardarte en secreto, como si nadie tuviera que saber de...