VALORES DE LA PERSONA
Irma Barquet
En la actualidad el tema de
los valores es muy recurrente. Se le ha dado mucha importancia, pues se percibe
en ciertos ámbitos que algunas personas carecen de ellos o bien que no viven la
práctica de los mismos. En los asuntos educativos, es un tópico que se ha
reforzado en los últimos años, con la finalidad de contribuir en la formación
de mejores personas.
Desde una perspectiva
filosófica, los valores son estudiados por la Axiología, que determina el modo
de ser del valor y sus tipos, que lo mira desde un punto de vista propio del
ser humano. Los valores se utilizan para la perfección humana, junto con las
virtudes.
La persona humana tiene por
lo menos doce valores, que son: autocomprensión, autodeterminación,
incomunicable, inalienable, autoposesión, autogobierno, autodependencia, autonomía,
autodefinibes, sociables, trascendente y tiene y controla su intimidad. Éstos
son causados por las facultades anímicas que redundan en beneficio del
individuo.
La autocomprensión puede
verse desde dos ángulos: el autoconocimiento, que se refiere a conocer algo
distinto de uno mismo y el conocimiento reflejo, que es conocerse a sí mismo,
lo cual se asume a través de la introspección psicológica y examen de
conciencia, para conocer las acciones “buenas” y “malas” efectuadas en una
ocasión precisa. A través de la autocomprensión, el ser humano logra conocerse
a sí mismo en su totalidad, esto es, tanto en su ser como en su hacer, con el
mayor detalle posible, lo que puede alcanzarse a través de la soledad, el
silencio, la calma, el sosiego.
De una parte de la esencia
del ser humano (la voluntad) emana una fuerza que lo mueve a actuar. Es a lo
que se denomina autodeterminación. Entre los diversos movimientos están
aquellos por lo que se atraen valores, consecuentemente el uso de la libertad
se fundamenta en la autodeterminación: “yo decido orientarme hacia el valor, lo
elijo y lo apropio”. También se puede renunciar a la capacidad de
autodeterminación: “decido no escoger valores para esperar que otro me los dé”.
Los valores que surgen de la interioridad son la autodeterminación y el libre
albedrío.
La persona humana es
incomunicable en el sentido de realizar sus propios actos: “nadie puede querer
el lugar mío”. En ocasiones, alguien “desea fervientemente que yo desee lo que
él quiere”, lo que manifiesta el límite entre “él y yo”, determinado por el
libre albedrío. “Yo puedo no querer lo que el otro desea que yo quiera, y en
esto es lo que soy incomunicable”, además porque se poseen la propias
capacidades, las que se usan con el estilo de cada sujeto, por lo que es
imposible despojarse de ellas ni de su contenido para dárselas a otro.
Ser inalienable también es
un atributo que proviene de la autodeterminación y del libre albedrío, porque
es imposible ser dominados por otros, es decir, nadie puede sustituir los actos
de voluntad de la persona humana.
La autoposesión implica ser
su propio dueño(a), decidir cómo ejercer la libertad y los valores que se
seleccionan.
Si el ser humano alcanza la
autoposesión, también gozará del autogobierno, es decir, decidir y elegir
valores que lo perfeccionen y satisfagan sus diferentes anhelos. De la misma
forma, el autogobierno permite la autodependencia, lo que significa depender de
sí mismo. Tomar decisiones ya que el conocimiento de las situaciones es de cada
persona.
Tal es la libertad que se
tiene, que es posible renunciar a ejercer la capacidad de autodependencia y
convertirse en heterodependiente, a fin de evitar elegir por sí mismo los
valores y quedarse en espera de que alguien más lo haga en su lugar.
Se es autónomo por cuanto de
sí mismo se generan los actos que se realizan, y que se atribuyen a cada
persona debido a que es el punto de partida y de llegada de todo cuanto hace. Se
experimenta la autonomía desde el conocimiento, ya que éste es espontáneo, o
sea, no se puede evitar conocer, pero sí orientar las facultades cognoscitivas
hacia lo que se desea; ahí mismo se demuestra la autonomía de la voluntad y de
la libertad, que es cuando se decide qué conocer, después de lo cual interviene
la libertad: se dirige la atención hacia el objeto de conocimiento para
examinarlo minuciosamente a fin de conocerlo y hacer algo con él, esto es,
darle algún uso. La autonomía se funda en la libertad, ya que cada individuo
decide qué hacer y cómo hacerlo.
Otro valor de la persona es
ser autodefinible, dado que es racional y tiene la capacidad de señalarse a sí
mismo sus propios fines valiosos, ya que se tiene la capacidad de la
autodeterminación basada en la facultad de reflexión y del libre albedrío. Al
ser fin en sí mismo, es imposible convertirse en medio o instrumento para
alcanzar los objetivos específicos de otros.
Ser sociable tanto por su
esencia como por su naturaleza racional, la persona forma y vive en sociedad. Aparece
y subsiste en la compañía de otros seres humanos, quienes ayudan a alcanzar su
perfeccionamiento en todas las esferas de su persona. La sociabilidad tiene una
dimensión axiológica ya que nace del ser de la persona y ella se desarrolla
plenamente dentro de la sociedad.
El ser humano es
trascendente por cuanto no está encerrado en sí mismo, sino que sale de sí para
abrirse a sus semejantes y está por encima de las cosas que lo rodean porque es
inteligente y libre. Mediante estas dos facultades, domina el medio, y lo
transforma para su beneficio, lo que significa vivir dignamente. Gracias a la
trascendencia, la persona se comunica con sus semejantes.
También el sujeto posee su
universo interior, su intimidad. Tiene pensamientos, sentimientos, deseos, toma
decisiones, realiza planes que controla a su gusto. Este universo interior es
valioso, ya que constituye lo más íntimo de su ser: es él y solo él, sin la
injerencia de nadie.
Así pues, en la medida en
que el ser humano conozca y viva sus propios valores, logrará el equilibrio
entre lo que es y lo que desea, por medio de la reflexión, a partir de todos
los recursos con los que cuenta, lo cual será favorable para convertirse en una
mejor persona.
Somos un increíble conjunto de sabiduría individual y colectiva, en la medida que decidamos siempre por hacer aquello que nos haga sentir bien seremos una mejor humanidad....
ResponderBorrarBien Irmita un abrazote...
Gracias, Dany, efectivamente las personas pugnamos por ser mejores cada día... Abrazos.
BorrarY EN EL OTRO EXTREMO ESTA.....ASI ESTA ESCRITO....ES EL DESTINO....MUY ARABE.....CREO QUE SE DICE MAGTUB.....ES FATALISTA......
ResponderBorrarGracias, Luis, los extremos son difíciles, lo importante es buscar el justo medio... el equilibrio... Saludos.
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