PARADIGMAS EDUCATIVOS


Elaborado por: IRMA A. BARQUET RODRÍGUEZ

Hace algunos días me invitaron a participar en un programa de televisión, en una estación local. A veces el tiempo se escurre como agua entre los dedos y eso me sucedió en esa ocasión: había disposición de una hora al aire y parece que fue un solo minuto.

El tema que se abordó fue la educación, definitivamente uno de “mis moles”, ya que mi vida profesional la he dedicado a tan noble labor. Así que me sentí como “pez en el agua”. La idea, de acuerdo con la persona que dirigió el programa de televisión, era hablar de la evolución de la educación, por lo que me preparé muy bien para “dar el ancho” en cuanto a las preguntas que surgieran y poder responder adecuadamente.

Para todas las personas que les fue imposible ver el programa, aquí está una breve reseña de su contenido, aun cuando el tema es enorme:

El primer punto que se trató fue relacionado con el paradigma conductista, cuyos antecedentes teórico metodológicos, son los planteamientos de Pavlov y Thorndike. Su fundador fue Watson. La educación conductista tiene como característica las conductas observables, que sean medibles y cuantificables. Se lleva a cabo un proceso instruccional que se logra a partir del reforzamiento, lo que funciona para promover el aprendizaje de los estudiantes. Por lo que el papel que juega el alumno, es su participación en la adquisición de aprendizajes prefijados en los programas conductuales elaborados, lo que le permite aprender las conductas académicamente deseables. La labor del docente en este caso, es reforzar y controlar los estímulos para enseñar, a través del manejo de recursos tecnológico-conceptuales. De esta manera, el aprendizaje es un cambio estable en la conducta del estudiante, centrado en productos y no en procesos.

El paradigma humanista, es el estudio del dominio socio-afectivo y de las relaciones interpersonales, con una gran dosis valoral en los escenarios educativos. Sus precursores son Aristóteles, Santo Tomás de Aquino, Libniz, Rousseau, Kierkegaard, Hursserl y Sartre. Los principales promotores son Maslow, Allport, Rogers, entre otros. Este es un modelo para el cambio en los estudiantes, que persigue el desarrollo de la persona y la educación de procesos afectivos, centrada en los alumnos para que determinen lo que son y lo que desean ser, a partir de su individualidad, es decir, reconocerse como seres únicos y desarrollar sus potencialidades, por lo que son capaces de llevar a cabo actividades y soluciones de problemas de manera creativa. Es importante considerar que poseen afectos, intereses y valores particulares, como personas totales. Así pues, el docente basa su intervención en una relación de respeto y de interés por sus estudiantes, con apertura ante las diversas formas de aprendizaje, fomenta el espíritu cooperativo y además, debe manifestar empatía en todo momento. En este paradigma la persona se involucra y se desarrolla en forma experiencial.

Cuando se trata del paradigma cognitivo, es importante ubicarlo en la década de los 50 del siglo pasado, pero se presentó en el ambiente áulico a finales de los 60 y principios de los 70. Aparece Bruner, con su planteamiento de aprendizaje por descubrimiento y Ausubel con su teoría del aprendizaje significativo. La transmisión de contenidos es a través de la planeación y organización de procesos didácticos para lograr el aprendizaje significativo, en donde el estudiante es un sujeto activo, procesador de información, posee competencias cognitivas de aprendizaje y solución de problemas, para lo que es imprescindible utilizar nuevos conocimientos y habilidades estratégicas. Lo que implica para el docente estar interesado en promover el aprendizaje significativo en sus estudiantes a partir de la puesta en marcha de estrategias cognitivas de enseñanza, con lo que es posible el desarrollo de habilidades metacognitivas, así como enseñar a pensar.

Lo que da paso al modelo constructivista es el paradigma psicogenético, cuyos primeros trabajos sobre la lógica y el pensamiento verbal de los niños, se le atribuyen a Piaget, quien plantea etapas del desarrollo intelectual, con características muy bien definidas de acuerdo a las edades de la infancia y la adolescencia en las personas. El aprendizaje se concibe como una actividad autoestructurante y constructiva del alumno, quien es protagonista de las actividades en clase lo que le permite producir conocimientos valiosos, apoyados en capacidades congnitivas y comunicativas. De esta manera, el maestro promueve el desarrollo psicológico y la autonomía de los estudiantes ante una relación profesor-alumno-saberes y sus formas de interacción.

Vigotzky se considera el fundador del paradigma sociocultural, quien formula la Zona de Desarrollo Próximo. La concepción de la enseñanza en este paradigma, es con base en los procesos educativos como espacios en los que los educandos discuten, negocian, comparten y contribuyen a reconstruir los contenidos curriculares, que incluyen conocimientos de tipo conceptual, habilidades, valores, actitudes, lo que es útil para el desarrollo de formas maduras de funciones psicológicas superiores. Los estudiantes son seres sociales protagonistas de las múltiples interacciones con otras personas: expertos, maestros, padres de familia, pares. Ellos reconstruyen saberes, en los que se mezclan procesos de construcción personal y coconstrucción en colaboración con otros. El maestro es un agente cultural que enseña en un contexto de prácticas y medios socioculturales determinados, funge como mediador entre los saberes y los procesos de los educandos.



Anteriormente se ha presentado un esbozo que puede facilitar las ideas principales de los paradigmas involucrados en procesos educativos, desde la perspectiva psicológica. El tratamiento de cada uno de los paradigmas descritos implica amplitud y extensión, además de que es necesario conocer las particularidades de cada uno, a profundidad.

De esta manera, breve y superficial, fue la oportunidad que tuve, en el programa de televisión, de tratar el tema de los paradigmas educativos, que merece tiempo, escucha activa, conocimiento y sobre todo, para quienes nos dedicamos a la educación, aplicarlos, reconocerlos, utilizarlos para la formación de personas independientemente del nivel educativo en el cual se encuentren.


Quienes están en una práctica docente en forma cotidiana, podrán darse cuenta que estos paradigmas son vigentes, que se utilizan de acuerdo con el estilo del maestro, la metodología de la enseñanza que emplea, la materia que imparte, la institución en la que colabora, el grupo que atiende, el sistema de evaluación del aprendizaje que establece, el área del conocimiento que enseña. Todos los factores intervienen en la aplicación de los paradigmas educativos y en la formación de personas inmersas en procesos académicos deliberados.

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