LOS LIBROS

Irma Barquet

Hace poco, antes de la pandemia, presidí la inauguración de un congreso de una asociación de bibliotecarios y en el mensaje que dirigí a los asistentes, mencioné que una biblioteca era como una agencia de viajes, ya que los libros fomentan en sus lectores emprender grandes travesías en lugares y tiempos muy diversos y muy ricos (de riqueza y de ricura), parece que me quedé corta, ya que abren muchas posibilidades para quien lo tiene en sus manos y se nutre con su contenido.

Su presentación impresa (es mi favorita) activan nuestros sentidos al percibir el aroma de la tinta, la textura de las hojas, el contraste del blanco con el negro, el colorido y las formas de las ilustraciones (cuando las tienen). En su conjunto, las letras dan la impresión de trazos perfectos que, al mismo tiempo, engañan la vista con líneas y espacios. Cada punto y cada coma obligan a hacer las pausas inevitables que propician una cadenciosa entonación, esas tildes que hacen énfasis y dan sentido a lo que expresan. También los hay en formato electrónico que exige algún dispositivo y pueden ser interactivos, son muy amigables con la conservación ambiental y el ahorro de papel, tan importante en nuestros tiempos.

Inmiscuirse en los temas que entrañan desarrollan todo un festín neuronal pues nos invitan a pensar, a recordar, a asociar ideas, a interrelacionar conceptos, a memorizar, a imaginar, a recrear pasajes, a aprender, a adquirir cultura, a profundizar en la gramática del idioma que se trate, a enriquecer el vocabulario, a desarrollar mejores temas de conversación, a establecer criterios acerca de tópicos de interés, a impulsar el funcionamiento cognitivo, a elevar la capacidad cerebral para su recuperación en caso de ciertos padecimientos, a expresarse de manera adecuada verbalmente o por escrito, a desarrollar las habilidades comunicativas… La lectura es, sin duda, un remedio infalible contra el estrés, es un hábito de un increíble valor.

Con nuestra imaginación, los libros nos llevan a lugares insospechados ubicados en países cercanos o remotos, conocidos o ignorados, a épocas actuales o anteriores, nos hacen vivir las circunstancias que describen, despiertan los sentimientos que reflejan, estimulan sensaciones tan inesperadas que nos arroban. Nos cuentas historias reales o ficticias, explican costumbres y tradiciones, fenómenos y hechos suscitados en algún con-texto, narran conflictos, ilustran la naturaleza humana o animal, expresan cuentos de terror que nos erizan la piel, nos arrancan sonoras carcajadas o tímidas risitas, dramatizan situaciones…

Son excelentes maestros pues podemos consultarlos en cualquier momento, son capaces de resolver nuestras dudas en temas de diversas áreas del conocimiento, de ciencia y de tecnología. Nos llevan de la mano, paso por paso, para emprender proyectos nuevos o aplicar y perfeccionar procedimientos que son útiles para el desempeño de algunas actividades. Su contenido es variado: sucesos, teorías, corrientes de pensamiento, conceptos, significados, descubrimientos, inventos…

Hay libros que derraman miel y que nos embelesan con la manera tan sensible de expresar el romanticismo y el amor, juegan con la conexión entre las palabras y el corazón. Riman y su métrica melodiosa, armónica, parecida a los compases musicales, nos muestra la estética en la conjunción de ideas, sentimientos, historias, emociones, que suenan como un susurro sutil en nuestros oídos.

Algunas páginas son dedicadas a relatos cortos, a veces impregnados de fantasía, en los que participan personajes significativos. Las palabras que las componen hacen un perfecto engranaje que, en algunas, son protagonizadas por animales y dejan un mensaje orientado a enseñanzas inolvidables. También las hay en las que el lector se reconoce inmerso en un misterioso enredo que aparentemente, no tiene solución.

Libros que guardan en sus numerosas hojas narraciones en las que participan varios personajes que involucran pasajes históricos y situaciones cotidianas en las que se muestra la calidad humana. En ocasiones, intervienen en aventuras mezcladas con hechos reales que se manifiestan a través de diálogos perfectamente diseñados, por lo que vivimos los momentos que explican. Describen escenas impactantes de acontecimientos, de encuentros íntimos entre parejas, dibujan la sensualidad, el erotismo, el romanticismo y las reacciones de las partes implicadas.  Incitan a que se sientan emociones de amor, de ira, de tristeza, de compasión… Las intrigas conducen a cuestionamientos y a tratar de adivinar el desenlace; nos mantienen en suspenso y crean en nuestro interior sensaciones que nos impiden dejar la lectura. Ciertos libros se consideran clásicos o joyas literarias.

Algunos textos reflejan la vida de personajes del pasado o del presente, que se remiten a los detalles de su nacimiento, su padre, su madre. Describen su trayectoria, dan cuenta de los acontecimientos que los hacen ser importantes e inolvidables, los logros que tuvieron, su participación en hechos históricos, sus promulgaciones o planteamientos y comprobaciones teóricas, sus descubrimientos o inventos, en fin… cosas que han cambiado significativamente a la humanidad.

Existen publicaciones de historietas que cuentan situaciones fantásticas o imaginarias, ilustradas con diversos cuadros coloridos en donde aparecen los personajes en plena acción, cuyos diálogos se muestran con globos de texto en los que abundan las onomatopeyas, perfectamente organizados por líneas cinéticas que facilitan al lector seguir con la vista lo que ocurre, sin dejar duda de la intervención dinámica que llevan a cabo, a pesar de ser imágenes estáticas. Dignos ejemplos de creatividad e ingenio.

Los diferentes credos religiosos también se encuentran en extensos ejemplares que, para quienes coinciden con la ideología, son considerados sagrados y dan pautas para establecer conexiones con las divinidades.

Quienes escriben los libros son personalidades de diferentes sexos, edades, nacionalidades, ideologías, especialidades… Se caracterizan por tener un vocabulario extensísimo en el idioma de su dominio, así como la correcta aplicación de la gramática del mismo. Poseen habilidades de pensamiento superiores: capacidad de análisis, síntesis y evaluación, pensamiento crítico, creatividad… Expresan los temas de interés para ciertos ámbitos del saber, también desarrollan cautivadoras tramas que cuentan en sus páginas. Hay para complacer hasta los más caprichosos gustos de recreación, necesidades de consulta, de acrecentar el bagaje cultural, de desarrollar habilidades, de aplicar y ampliar conocimientos, de ejecutar instrumentos musicales, de interpretar poesías y canciones…

Por cierto, uno de mis autores favoritos es Mario Vargas Llosa, adoro sus novelas y su estilo. Sus relatos a veces me parecen muy familiares.

Podemos encontrar compendios enormes de diferentes temáticas, por ejemplo, de las bellas artes, los que generalmente muestran espléndidas fotografías que estampan una inmensa variedad de motivos artísticos, así como el talento de quien los capturó.

Se encuentran de todos tipos: grandes, chicos, minis, gruesos, delgados, regulares, de bolsillo, extensos, breves; con papel de diferente grosor, gramaje, tono; con tapa tradicional, delgada, dura, con solapas, con sobrecubierta; con lomo impreso; con páginas de cortesía y respeto; su interior variable y atractivo para tipos específicos de lectores.

Sin duda alguna, hablar de libros es un tema inagotable, se puede abordar desde puntos diferentes, enriquecedores. Como en muchas cosas, cada persona tiene su peculiar percepción e interiorización de sus contenidos: en gustos se leen libros… ¿Será cierto que “somos lo que leemos”? Tenemos nuestros preferidos porque, seguramente, nos hicieron cambiar nuestra percepción de la realidad o comprender lo que sucede actualmente, como dicen por ahí “nos cambió la vida…”, los coleccionamos como un inmenso tesoro.

Los libros: tema extenso… otra vez me quedé corta.