CINCO ESQUINAS

Irma Barquet

Mario Vargas Llosa, uno de mis escritores favoritos, se lució con su novela más reciente: “Cinco Esquinas”.

Tuve la oportunidad de encontrarla en la versión digital y, me arrobó de tal manera, que fue imposible resistirme a la tentación de poseer el libro impreso en mi biblioteca personal… para mí, ha valido mucho la pena.

Cuenta una historia que se desarrolla en su país natal, Perú, en los tiempos del presidente Fujimori. Cuando predominan la inseguridad, los secuestros y está presente el toque de queda a determinada hora, lo que aterroriza a la población, sin embargo, la gente continúa con sus actividades cotidianas.

Retrata una situación en la que se entremezclan personas que, en apariencia, no tienen relación, pero se teje la historia que, por su naturaleza, tiene efectos adictivos… imposible dejar la lectura.

Salen a relucir los atentados que comete “Sendero Luminoso”, así como los plagios que lleva a cabo el “Movimiento Revolucionario Túpac Amaru” (MRTA), organización terrorista, lo que mantiene en jaque a la ciudadanía.

Los personajes son de diferentes niveles socioeconómicos y sus actividades también son diversas, en ellos se reflejan los contrastes en cuanto a la dificultad de subsistir con los trabajos que tienen unos y, también el extremo, en donde se hace alarde de una posición económica privilegiada y frívola, que tienen otros, pero hay un punto de convergencia entre ellos.

Se relatan relaciones afectivas en las parejas matrimoniales. La amistad que lleva quien la protagoniza, descubre deseo y amor, evidentes en las escenas eróticas más inusitadas, en donde los cuerpos calatos, como dicen en Perú, se encuentran y exploran sensaciones desconocidas.  

El escándalo social perfectamente dirigido al empresario más renombrado y encumbrado de aquel país, quien goza de un estatus prominente, cuya afectación alcanza las más profundas dimensiones de su persona.

Cinco Esquinas deja claro el ejercicio del poder concentrado en un solo individuo y quien lo delega a alguien más. Cuenta con una amplia red de malandrines que cumplen sus órdenes a pie juntillas y de la manera más desalmada.

Así también, muestra la potencia de la palabra escrita y de las violaciones a la libertad de expresión; el periodismo amarillo que caracterizó ese gobierno, la utilización vil de los medios de comunicación impresos, a favor de aquellos que tienen el poder del país en sus manos.

El final, inesperado, demuestra que todos los actos tienen la posibilidad de ser descubiertos, aun en circunstancias discretas… no se puede tapar el sol con un dedo.

“Cinco Esquinas es como un barrio que, de alguna manera, es emblemático de Lima, de Perú…”, y es una espléndida novela.