EL RETO DE APRENDER

 

Irma Barquet

Hace relativamente poco tiempo, llegó a mis manos un material digital acerca del aprendizaje basado en retos (ABR): una metodología de aprendizaje y enseñanza que puede aplicarse en el aula (de cualquier tipo), que promueve la participación colaborativa de aprender, cuyo punto de partida es enfrentar un reto. El documento explica paso por paso la forma de llevarse a cabo, la intervención de los estudiantes en cuanto a los roles que deben desempeñar, así como la del docente.

Considero que esta metodología hace un acopio de otras: aprendizaje basado en problemas (ABP) y aprendizaje basado en proyectos (ABPr), pues tienen formas similares como el planteamiento de problemas, es decir, problematizar una situación para que, después de hacer una investigación, se llegue a una solución o propuesta de solución.

Las tres técnicas mencionadas, tienen en común el desarrollo de investigación, ya sea documental o de campo, que permite, a partir del procesamiento de información: búsqueda, revisión, análisis, síntesis y evaluación, proponer las diferentes rutas que pueden seguirse para resolver la problemática expuesta.

Procesar la información implica acceder las principales fuentes fidedignas: impresas o electrónicas que amplíen el conocimiento de la temática en cuestión; hacer la revisión exhaustiva de las mismas, que faciliten el análisis de los contenidos, lo que exige habilidades de pensamiento desarrolladas, la disposición de la adquisición y desarrollo de nuevas habilidades, que los conduzcan a la síntesis de la información, o como se dice coloquialmente: “quitar la paja” para quedarse con los datos esencialmente importantes. Cuando se cuenta con un producto que integra estos aspectos, será más sencillo establecer los criterios de valor ante esta información, o sea, la evaluación del tema, para lo que se requieren habilidades de pensamiento superiores.

Resolver el problema es lo que, según el ABR, es el principal desafío, que, para llegar a este punto, supone, además de habilidades de pensamiento, un amplio conocimiento del tema, haber profundizado suficientemente en el reto, asumir una postura que favorece las diferentes posibilidades de solución, lo que abre la mente y se echa a volar la creatividad.

Asimismo, el aspecto colaborativo se fomenta en las tres, en el momento que se forman equipos de trabajo, se definen y se desempeñan papeles (naturales o funcionales), en el que cada uno aporta su parte para integrar el contenido del trabajo académico designado, que cumpla con el objetivo marcado y que asegure una participación acertada.

La intervención del docente es, fundamentalmente, como un guía para que los estudiantes puedan desarrollar exitosamente los proyectos académicos, así como lograr los objetivos de aprendizaje. El docente tiene la obligación de conocer en un nivel alto de profundización, los temas, las fuentes, los pasos de la metodología; además ser muy sensible ante las diferentes actitudes que presentan los estudiantes en esta dinámica, esenciales para la orientación del trabajo y para llevarlos a buen puerto, desde perspectivas académicas, actitudinales y de la práctica de valores.

Es importante para todos los implicados en estas metodologías de aprendizaje, el manejo adecuado y correcto del lenguaje, en su forma oral y escrita; dominar la terminología propia de la temática y hacer conscientes los procesos que se llevan a cabo en términos de su formación, independientemente del nivel educativo del que se trate.

Es imprescindible la apertura y la disposición para participar en la puesta en marcha de estas experiencias estructuradas de aprendizaje, pues, definitivamente, hay que trabajar, investigar, leer, involucrarse y todas esas maravillosas actividades que permiten la formación de personas en el ámbito educativo formal, informal o no formal, como rezan los conceptos elementales de la pedagogía.

Cuando nos involucramos en procesos de aprendizaje y enseñanza, es necesario conocer el amplio abanico de posibilidades metodológicas que tenemos, pues ya no aplica, absolutamente, la práctica pedagógica tradicional. Debemos tomar en cuenta la presencia de los dispositivos electrónicos, el internet, las redes sociales, el material digital e impreso existente para la adquisición de los conocimientos en las diferentes áreas y su utilización en las aulas, en pro de la educación, sin olvidar la actual aparición de la inteligencia artificial y su manejo ético.  La interacción personal y grupal de estudiantes y docentes, sin mirar de soslayo la institución, su filosofía y naturaleza, que señalan el camino por el que se debe transitar en cuanto a la concepción ideal de persona que pretende formar.

Solo menciono, en esta ocasión, tres metodologías de aprendizaje, ante una gran gama de formas creativas que tenemos para echar mano y lograr nuestro cometido como docentes responsables de la formación de personas, aunque sea en una fracción de su vida… académica.

Entonces, afirmo: es un reto el aprendizaje, en sí mismo.

 

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Comentarios

  1. ME PARECIÓ MUY INTERESANTE EL TEMA. TODO UN RETO QUE DEBERÁN TENER EN CUENTA TANTO LOS PROFESIONALES DE LA EDUCACIÓN COMO LOS PADRES DE LAS NUEVAS GENERACIONES. SALUDOS.

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  2. Interesante el tema que debe ser dominado por todos los docentes, cómo bien dices, independientemente del nivel y materia que impartan. Ojalá lleguen a sus manos estás metodologías. Un abrazo Irma

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  3. Entonces tenemos que: ABR = ABP + ABPr y el docente como facilitador del proceso con dominio del tema para resolver dudas, además del conocimiento adecuado de las TIC's y TAC's, buen tema. Saludos querida.

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