LA PINTORA ¿DESCONOCIDA?

 

Irma Barquet

 

Desde muy temprana edad manifestó gusto y talento por el dibujo y la pintura que empezaba a plasmar en pliegos de papel, lienzos breves, en los que combinaba trazos, texturas y colores. Con el paso de los años, desarrolló las habilidades en la ejecución de obras cada vez más elaboradas, más significativas, más especiales.

Aprendió las diferentes técnicas: pintura acrílica, que consiste en la combinación de polímeros de acrílico, cuyos pigmentos son solubles al agua y, cuando adquieren el secado adecuado, son resistentes y durables; pintura al óleo que permite la mezcla de colores para obtener tonalidades diferentes, el tiempo de secado es más lento, pero proporciona texturas y efectos que se logran con espátula o pinceles; acuarela que acopla tintes que se disuelven en agua y se obtienen acabados de baja saturación.

También conoce y ejecuta de manera excepcional la técnica de pastel, a través de la amalgama de polvos con resina, parecidos a los gises de colores; logra hermosas estampas cuando utiliza el café instantáneo, desconozco si es una técnica específica, pero consigue diferentes tonalidades sepia de acuerdo con la concentración del polvo en el agua.

Su obra cuenta con muchas pinturas de diferentes motivos, paisajes, figuras humanas, flores… Ha desarrollado cuadros porque se lo piden las personas más allegadas a ella y les regala su talento expresado en lienzos multicolores. La principal galería en donde se expone su trabajo, es su casa y las paredes de los lugares donde se cuelgan los obsequios que hace.

Ella argumenta que su arte lo realiza por el gusto de hacerlo y no le pone un precio monetario, porque su inspiración no puede ser pagada pero sí valorada por las personas a quienes la ha obsequiado.

Si bien ella afirma que no crea, es capaz de reproducir pinturas de los más sobresalientes artistas de cualquier parte del mundo y época, pero eso sí, le pone su toque personal, ya sea en la técnica que utiliza o en la composición del cuadro, por lo que, considero que esas pequeñas modificaciones, la convierten en una creadora extraordinaria de sus propias obras.

Otra forma que tiene de manifestar su talento y habilidad, es por medio de la transmisión de sus conocimientos a personas interesadas en aprender. Esta grandiosa labor la considera “terapia ocupacional”, que le da la oportunidad de hacer una de las cosas que más le gustan y no cobra por ello. Tiene grupos de estudiantes de edades variadas, con quienes comparte el deleite de estampar en lienzos o pedazos de papel, pensamientos, sentimientos y formas de ver la vida.

Mujer agraciada, con facciones finas, ojos preciosos, aceitunados, que proyectan miradas profundas. En el haber de su vida tiene experiencias maravillosas que han llenado de felicidad y de alegría su corazón, pero también conoce los sinsabores, a pesar de los pesares, siempre tiene la mejor sonrisa en los labios, los pensamientos más hermosos, los sentimientos pletóricos de nobleza, de autenticidad y las palabras atinadas exaltan su expresión.

Es una pintora que solo es conocida en su medio, en el círculo social en el que está inmersa, razón por la que le dedico estas líneas, sin intención de que adquiera fama, pero sí con la finalidad que quienes me favorecen con dedicar un poco de su tiempo a la lectura de este pequeño tributo, sepan que gozo de un inmenso privilegio al tener una artista en mi familia.

Esta gran pintora a la que me refiero es mi hermana Lilia Barquet, que, cariñosamente, la llamamos Lilí y así firma los cuadros que realiza con tanto amor.

La ilustración de este escrito se sustenta con algunos cuadros que Lilí pintó para mí y los luzco en las paredes de mi casa y otros que solo tengo en fotografías. Los muestro aquí para que puedan dimensionar sus alcances y el enorme don con que fue premiada.