LA MUJER ARAÑA
Irma Barquet
En la ciudad de México,
precisamente en la Colonia Industrial, se conformó el “Grupo Cultural La
Industrial”, que se ha dado a la tarea de recabar y publicar en un boletín, información
interesante sobre “tradiciones, estampas, sucesos y leyendas” de la colonia
mencionada. El grupo está integrado por cuatro personas, uno de ellos, Fernando
Castañeda, gran amigo mío, me ha hecho llegar dicho documento.
En ese boletín se incluye la
historia de la Parroquia de la Asunción. La lectura del artículo, además de
permitirme conocer datos interesantes al respecto, me remontó a una vivencia en
ese lugar… hace mucho tiempo…
En el mundo católico, el día
de la Asunción de la Virgen María, se festeja el 15 de Agosto. En México, cada
templo hace una gran fiesta para rememorar a su patrono. La Parroquia en
cuestión, no es la excepción, ya que organiza (supongo que todavía en la
actualidad), la feria que dura varios días y se ubica en las inmediaciones.
Este tipo de ferias consiste
en la instalación de juegos mecánicos, preparación de antojitos mexicanos y
golosinas, espacios como la casa de los espejos, la de los sustos, la de los
fenómenos o criaturas monstruosas, lo que complementa la diversión de chicos y
grandes.
Una ocasión, con mi grupo de
amigos, casi todos vivían o habían vivido en la Colonia Industrial y yo era
vecina, residía en una aledaña, decidimos ir a la feria de La Asunción. Éramos
un clan tremendo… compuesto de jóvenes de muy diferentes rasgos de
personalidad, pero esa diversidad, nos complementaba: Alicia, Gustavo, Javier, Memo,
Nacho, Paco, Tere y yo…
Era como requisito pasar a
los puestos de comida, nos gustaban los pambazos, rellenos de chorizo con papas
y atiborrados de grasa que escurría hasta los codos de quien los comía; las garnachas,
con salsa verde y roja sumamente picantes, además aderezadas con harta cebolla
y los hot cakes, con un líquido hecho a base de agua con piloncillo, que los
endulzaba y ennegrecía. Éramos felices degustando tan delicados manjares…
Inspeccionábamos los
diferentes juegos mecánicos, participábamos en el tiro al blanco, con rifles de
municiones, en el que los premios eran unos monos de peluche horribles, que los
ganadores no hallaban qué hacer con ellos, porque las chicas del grupo, de
plano no los aceptaban…
Nuestra especialidad era
ponchar globos con dardos, la recompensa a quien lograra la mayor cantidad,
eran algunos objetos como alcancías de barro con forma de cochinitos o
cualquier otra cosa, que no le pedía nada a los del tiro al blanco, es decir, nadie
los quería.
Mi grupo de amigos se
distinguía por ser maldoso, travieso… nos importaba poco que cayéramos mal, la
diversión estaba primero que cualquier cosa, así que por ese hecho, éramos
capaces de ser muy burlones, nos encantaba hacer bromas y reírnos a carcajada
batiente, aun a costa de quien fuera.
Entramos a la casa de los
espejos, tuvimos oportunidad de ver nuestras imágenes alargadas o acortadas,
gordas o flacas… La casa de los sustos, era una verdadera vacilada… nos reímos
tanto de lo que supuestamente nos asustaría… Pero lo que fue genial, era la
estrella de la feria: La Mujer Araña.
Este personaje: una criatura
monstruosa, tenía un lugar muy especial en la feria. La gente hacía fila para
entrar a verla pues la arenga de su presentador era sumamente atractiva. Despertó
el morbo tanto de mis amigos como de las otras personas. Deseábamos entrar a
constatar la existencia de un ente con las características de un arácnido y que
era capaz de hacer toda la retahíla que se enfatizaba.
No se trataba del cuento de
haber sufrido una mordida de araña venenosa. Era un ser cuyas capacidades
excedían a las de cualquier mortal: era tan interesante como temible, aunque
por su tamaño, no era peligrosa; parecía que su longevidad le había
proporcionado experiencias impactantes, podía pasar desapercibida ya que se
adaptaba inmediatamente a cualquier contexto y, aunque ella solo tenía un par
de ojos, eran tan potentes que podía abarcar 360° de visión. No
tenía ponzoña, pero su aspecto paralizaba a cualquier persona; tampoco tenía en
la zona abdominal la seda para tejer su tela.
Por fin, entramos al recinto
de La Mujer Araña, oscuro y encortinado. Difícilmente había luz del exterior,
solo se iluminaba muy tenue, el escenario donde apareció dicho fenómeno. El
presentador hizo gala de tan repugnante ser, como el más atractivo de toda la
feria, al tiempo que estableció un pequeño diálogo con ella, porque además de
todas las monerías que tenía, ¡podía hablar!:
- “¿Cuándo
te convertiste en araña?”.
- “Hace
350 años”.
- “¿Por
qué te convertiste en araña?”.
- “Por
desobedecer a mis padres”.
- “¿De
qué te alimentas?”.
- “De
insectos y jugo de uva”.
Era terrible lo que
escuchamos: estábamos en la década de los 80 del siglo pasado… El mensaje de la
desobediencia… El menú no se antojaba…
Pero para darle un toque de
picardía, mis amigos le decían a La Mujer Araña, con voz audible: “¿Dónde te
compras tus zapatos?”… “¿De qué número calzas?”… “¿Eres como la viuda negra?”…
“¡No importa que me comas, mamacita!”… “¡Envenéname, chiquitita!”... ¡”De estas
arañas abundan”!... “¡La mujer araña y el hombre rasguña!”…
Claro que este tipo de
espectáculos no forman parte de la diversión de las nuevas generaciones, ellas
son felices solamente con su “esmárfon”, como dicen los españoles.
JAJAJAJA, YO ALGUNA VEZ VISITÉ UNA DE ESAS FERIAS DE PUEBLO Y TUVE EL GUSTO DE CONOCER A LA MUJER ARAÑA. ME REGRESASTE A LOS 70´S. OJALA TODAVÍA EXISTAN ESAS ATRACCIONES POPULARES POR QUE,A PESAR DE TODO,DEJARON GRATOS RECUERDOS DE UNA INFANCIA/JUVENTUD EN LA QUE LA DIVERSIÓN ERA CONVIVIR CON LOS AMIGOS,EN VIVO,EN LAS CALLES DE NUESTRAS COLONIAS O PUEBLOS Y GOZANDO CON LAS TRADICIONES POPULARES DE LAS CUALES,DESGRACIADAMENTE,LOS NIÑOS DE HOY SABEN MUY POCO O NADA. SALUDOS.
ResponderBorrarGracias, Federico Sinta, por tu comentario... Verdaderamente hicimos un viaje por el túnel del tiempo... Recuerdo que esto era muy divertido para nosotros. Abrazos.
BorrarROGELIO VERDUZCO C.
ResponderBorrarDEFINITIVAMENTE ES IMPOSIBLE NO TRANSPORTARTE A ESA ÉPOCA, COMO DICES, EN QUE LA CONVIVENCIA Y LA DIVERSIÓN, IVÁN DE LA MANO, UNA VEZ MAS GRACIAS POR HACERNOS RECORDAR ESOS TIEMPOS Y MOMENTOS, SALUDOS, ABRAZOS Y BSSS.
Gracias, Rogelio Verduzco Castellanos, por tu comentario... La diversión de los jóvenes era más sencilla y puedo afirmar que más auténtica... Abrazos.
BorrarHola Irma que buen relato de historias que fueron un deleite a nuestra adolescencia, a pesar que crecí en un pueblo pequeño esas experiencias tuyas no eran fáciles para nosotors, pero si me haces recordar cuando llegaba un circo todos los años que por cierto decían era mexicano y toda la muchachada hacía el esfuerzo de asistir a sus funciones para terminar después asustadas la mujeres y los varones riendo a carcajadas de los recuerdos del laberinto encantado, la mujer más gorda del mundo o el hombre más peludo de la historia. Esa época encantada se ha perdido y ahora la juventud ha perdido la capacidad de asombrarse ante estas actividades porque viven conectados en el aquí y ahora del planeta, lástima que no lo utilicen cuando, como y donde se debe.
ResponderBorrarGracias, besivas, por tu comentario... Son cosas generacionales. Los jóvenes de ahora tienen otras atracciones diferentes a las que tuvimos nosotros. ¡Ni lo hubiéramos imaginado! Abrazos.
BorrarHola Irma. Qué tiempos aquéllos. Desafortunadamente ya no suelo acudir a las ferias, pero sería interesante averiguar si aún existe el espectáculo de la mujer araña. Qué meyo!!! Un abrazo :-)
ResponderBorrarGracias, Alma Rosales, por tu comentario. Coincido contigo en lo interesante que sería averiguar si todavía tienen este tipo de espectáculos. Lo desconozco. Abrazos.
BorrarGRACIAS, POR RECORDARME BELLOS MOMENTOS.
ResponderBorrarSALUDOS CORDIALES
Gracias, perspectivas educativas, por tu comentario... Me gustó que hayas recordado aquellos momentos que fueron invaluables. Saludos.
BorrarEres increible !!!! Que memoria !!!! Y si, me hiciste viajar !!!!! Gracias
ResponderBorrarGracias, Mariale, por tu comentario... Afortunadamente tengo buena memoria... El viaje a aquellos tiempos y a esos rumbos. Recuerdo que vivías en la Colonia Industrial, en Parque María Luisa. Con relación a ese Parque, el boletín al que hago referencia, dice: "Parque María Luisa que tiene forma de media Luna, con un kiosko (el original se perdió entre los vericuetos de la burocracia)"... Abrazos.
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