ESTADO DE FLUJO

Irma Barquet

Las neurociencias se han encargado de estudiar las estructuras y funcionamiento del sistema nervioso, principalmente del cerebro humano, a través del conocimiento científico, lo que permite potenciar la salud y el bienestar de las personas. Los principales objetivos de las neurociencias son el estudio de la operación de neurotransmisores en la sinapsis; los mecanismos del aprendizaje; el control neuronal y sus redes, como son las que se ven involucradas en la memoria, en la percepción y en el habla, así como la estructura y funcionamiento de la conciencia.

Las neurociencias hacen aportaciones valiosas sobre situaciones que pueden vivir las personas, que las posibilita a ser mejores y a tener momentos verdaderamente satisfactorios a partir de utilizar sus propios recursos; además de que explican fenómenos como el estado de flujo.

El estado de flujo es un planteamiento desde la perspectiva de la inteligencia emocional, formulada por Daniel Goleman, así como por Csikszentmihalyi  (se pronuncia “Chik-sent-mi-jai”) basado en su teoría e investigación sobre “flow” (fluir). Versa sobre la exacerbada motivación que las personas tienen con respecto a la ejecución de lo que les gusta hacer, y que además, reconocen que son buenas para hacerlo.

La experiencia emocional óptima para el logro del excelente rendimiento que, también, gratifica, es precisamente lo que fluye. El ser humano logra estar absorto en la realización de algún trabajo, experimenta una sensación de agrado, la tarea se convierte en algo placentero, los pensamientos y las emociones perturbadores, se interrumpen y vive una actitud subjetiva de olvido de sí mismo.

El estado de flujo se caracteriza por la ausencia del “yo”. No existen preocupaciones y la actividad se desarrolla motivada por el placer mismo de hacerla, de ninguna manera por alguna recompensa futura. Csikszentmihalyi afirma «por encima de cualquier otra cosa, lo que los pintores quieren es pintar. Si el artista que se halla frente al lienzo comienza a preguntarse a cuánto venderá la obra o lo que los críticos pensarán de ella, será incapaz de abrir nuevos caminos. La obra creativa exige una entrega sin condiciones».

Este estado permite la realización de cualquier actividad sin el menor esfuerzo, la mente se tranquiliza y el rendimiento alcanza límites incalculables. Esta experiencia es muy conocida también por científicos, atletas y por todas las personas que logran fluir en sintonía y armonía.

De igual manera, para el aprendizaje es posible alcanzar estados de flujo. Los estudiantes que tienen este estado, generalmente son los más aventajados, pues dedican más tiempo al estudio y su  ánimo es el adecuado para obtener mejores resultados. Los estudiantes menos dedicados, son los que prefieren otras actividades como la socialización. Howard Gardner, autor de la teoría de Inteligencias Múltiples, afirma que el estado de flujo, debe aprovecharse para enseñar a los niños de forma más saludable, permitir que utilicen su propia motivación y evitar recurrir a las amenazas o promesas de recompensas.

En el caso de algunas personas, tal vez no se provoque un estado de flujo o las condiciones para permanecer en éste. Es posible disminuir las interferencias emocionales y orientarlas hacia un estilo de desempeño caracterizado por la concentración y la sensación placentera de realizar las actividades.

Se consideran algunos factores que facilitan el estado de flujo en el trabajo, tales como: niveles altos de concentración en lo que se realiza; esfuerzo considerable pero no apremiante; ejecución de tareas en las cuales se tiene un alto nivel de habilidad personal; expectativas de éxito; motivación por la tarea; experiencia previa con la tarea.

Ahora bien, los aspectos que obstaculizan la generación del estado de flujo, pueden ser: realización de tareas monótonas que exigen poco esfuerzo; ejecución de varias actividades al mismo tiempo; estar bajo presión externa; labores en las que se carece de habilidades y experiencia.

Tener la capacidad de entrar en un estado de flujo, es una experiencia que permite a las personas disfrutar lo que hacen, ser más creativas, tener mejor rendimiento, utilizar al máximo sus propios recursos y contagiar a los demás con actitudes de ánimo placenteras en las actividades que se desarrollan… El estado de flujo es adictivo.