DON ÁNGEL (Primera parte)

Irma Barquet

Dolores Rodrigo Arranz

 

Los gratos recuerdos que permanecen en el corazón, relacionados con personas que han sido importantes en algún momento de nuestra vida, se evocan y dibujan una gran sonrisa en nuestro rostro. Eso nos sucede cuando rememoramos a Don Victorino Ángel Arranz Rodríguez, de origen madrileño que llegó a México a finales de los años 30 del siglo pasado, por circunstancias que le obligaron a abandonar su país natal y ¡por fortuna para nosotros! Fue el abuelo de la persona con quien comparto la realización de este documento.

Nació en la madre patria al inicio de la segunda década del siglo XX, en 1911, cuando reinaba Alfonso XIII en España. Perteneció a una familia compuesta por padre, madre, un hermano y una hermana, él era el primogénito. Vivió su infancia y su adolescencia en un ambiente cálido, en el que la preocupación de sus progenitores giraba en torno a sacar adelante a sus hijos y prodigarles la mejor educación. En su núcleo familiar prevalecía la práctica de los valores primordiales, mismos que transmitió, junto con su esposa, a su hija y a sus nietas, se manifestó durante toda su vida, como un gran ejemplo de ser humano.

De acuerdo con la ficha de Don Ángel, emitida por la Fundación Pablo Iglesias, contaba solo con 19 años de edad, cuando inició su vida laboral en el Banco Zaragozano, sucursal Madrid, como empleado bancario y perito mercantil, en el año 1930, donde tuvo la oportunidad de aplicar sus conocimientos, adquirir la experiencia y la práctica en el área de su competencia.

Según esa inscripción, la revolución de octubre de 1934, que le cobró a Don Ángel tres meses en la prisión, fue un conflicto antidemocrático, en el que “el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) impulsó la constitución de una alianza obrera, en febrero de 1934, con la Unión General de Trabajadores (UGT), la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), el Bloque Obrero y Campesino (BOC) y el Partido Comunista de España (PCE), para expulsar del poder al Gobierno conservador de la II República (constituido democráticamente tras las elecciones generales de 1933), mediante un movimiento revolucionario de signo marxista y anarquista. Las fuerzas de izquierdas sellaron el pacto bajo el nombre de Uníos Hermanos Proletarios (UHP). El instigador del movimiento fue Francisco Largo Caballero, secretario general de la UGT, y su director, Indalecio Prieto, líder del PSOE”. En 1937, Don Ángel fue miembro de la UGT.

Estaba en Barcelona cuando inició la Guerra Civil Española y se integró a las fuerzas militares. Un accidente de tráfico en un acto de servicio, lo llevó al hospital. Cuando fue dado de alta se sumó al ejército republicano en abril de 1938 en la Base de Instrucción Divisionaria y, después de muy pocos días, se incorporó en la 95 Brigada Mixta del Ejército Republicano. “Entonces se formó […] la Brigada Mixta recogiendo a todos los jóvenes que podían sostener un arma en su mano […]”. Ésta y otras brigadas fueron constituidas por batallones de infantería, muy precarias en armas y recursos de todo tipo, necesarios para el combate, de igual manera, el personal de mando y tropa, carecía de preparación, razones por las cuales, la moral de los integrantes se venía abajo junto con las posiciones y el avance del ejército.

“La Guerra Civil Española comenzó el 17 de julio de 1936, cuando los generales Emilio Mola y Francisco Franco iniciaron una sublevación para derrocar a la República elegida democráticamente”. La historia habla de que esta guerra fue de los conflictos más sangrientos vividos posteriores a la primera Guerra Mundial, pues murieron muchos miles de personas y otras tantas sufrieron torturas indescriptibles. Aproximadamente medio millón de españoles huyeron a Francia, en donde, muchos de ellos se incorporaron en los campos de concentración nazi, hasta 1940.

La 95 Brigada Mixta fue formada en 1937, combatió en Brunete (Madrid) y se disolvió; se reorganizó al poco tiempo en ese mismo año, con fuerzas de infantería de Marina. Entró en acción en las batallas de Teruel y Aragón. Al siguiente año, se deshizo.

Don Ángel fue comisario de compañía cuando la guerra concluyó; se dirigió a Francia por la cordillera de los Pirineos, muy reconocida en toda Europa, cruzó por el puerto Basapoga en febrero de 1939. Fue recibido en el campo de concentración (no de exterminio) de Arles-sur-Tech y Barcarès (Pyrénées Orientales), ubicado al sur de Francia, en la playa de Le Barcarès, organizado por las autoridades de dicho país para la concentración de refugiados españoles exiliados tras la Guerra Civil, en aquel tiempo se contaron 46,000 personas hacinadas. Este lugar estaba compuesto por barracones militares en la arena, sobre la que se colocaron tarimas separadas del suelo para que los refugiados durmieran, alejados de la humedad propia de la zona. Permaneció hasta julio de ese mismo año. El campo estuvo en funciones hasta el año 1942.

El 13 de julio de 1939, Don Ángel, a bordo del “Mexique”, desde el puerto Pauillac (Gironde) rumbo a México llegó a Veracruz el día 27, con más de 2,000 refugiados de la guerra civil española. En total, llegaron a México cerca de 5,000 exiliados. En este mismo buque, con bandera francesa, viajaron aproximadamente 500 niños, hijos de republicanos españoles, quienes se conocen como los “niños de Morelia”, recibidos en mayo de 1937 por el expresidente mexicano Lázaro Cárdenas. El vapor Mexique se eligió para hacer la travesía debido a su amplia experiencia en la ruta Francia-México. Remodelado, contaba con amplios espacios para tomar alimentos y pasar ratos de esparcimiento.


https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mochilazo-en-el-tiempo/asi-fue-el-viaje-en-el-mexique-el-barco-que-trajo-ninos-refugiados


A su arribo a México, contaba con 28 años de edad y con experiencias de guerra que marcaron su vida. Algunos hechos de la historia, nos permiten imaginar todas las tribulaciones que pasó, lo que tuvo que hacer para sobrevivir, lo que significó tener que abandonar a su familia y a su tierra para volver a empezar, dejar el corazón en España para establecerse en un país desconocido, sin parientes ni amigos, con seguridad, nuestro terruño le abrió los brazos en señal de una cálida bienvenida.

De acuerdo con la información contenida en algunas fuentes que consultamos, Don Ángel fue “beneficiario de los fondos de la Junta de Auxilio de la República Española y del Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles. Se nacionaliza mexicano y establece un pequeño restaurante. Probablemente se casa con Dolores Alonso Sosa. Fue miembro de la Agrupación Socialista Española de México”. La realidad es que sí se casó con Doña Lolita, como cariñosamente le llamábamos, con quien procreó una hija, a quien bautizaron con el nombre de Esperanza.

Continuaremos con este relato en una siguiente entrega.


Te invitamos a seguir la historia en:

http://irmabarquetcomparte.blogspot.com/2023/03/don-angel-segunda-parte.html 

http://irmabarquetcomparte.blogspot.com/2023/03/don-angel-ultima-parte.html

Comentarios

  1. Gracias Irma por compartir y dar una pequeña lección de historia, un abrazo para ti y Dolores

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  2. QUEDAREMOS EN ESPERA DE LA 2DA PARTE, SALUDOS.

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