EL DOCENTE DEL XX EN EL XXI

Irma Barquet

La docencia es una actividad que ha llevado a cabo desde tiempo inmemorial. Con el correr de los años, la labor docente ha sufrido cambios significativos casi a la par de los adelantos de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), así como el papel que juega dentro y fuera del aula de clases.

Actualmente, hay una extensa variedad de modalidades académicas: clases presenciales, semipresenciales, a distancia… Asimismo, la integración de las TIC como elemento relevante en los procesos de aprendizaje-enseñanza, lo que implica una modificación en el rol del profesor, así como en el de los estudiantes, además del desarrollo de ciertas competencias necesarias para la utilización de dichas tecnologías en la educación, lo que puede llamarse “alfabetización tecnológica”.

Es importante que los docentes tengan la capacidad y apertura para romper paradigmas y hacer de las TIC sus mejores aliadas dentro y fuera del aula, ya que son recursos que permiten un contacto más estrecho entre los actores académicos. Fomentar la utilización adecuada de los diferentes dispositivos electrónicos así como la enorme cantidad de información que puede encontrarse en internet.

Por lo que el docente del siglo XX, tendrá que desarrollar habilidades para que su práctica profesional sea la adecuada para las exigencias del siglo XXI, aun cuando ya se ha recorrido una década y media, el avance científico y tecnológico tan acelerado, es exigente en la preparación de los profesores.

Los profesores deben preocuparse por su desarrollo para sobresalir en el trabajo que desempeñan, además, una de las ventajas es que el uso de TIC acorta brechas generacionales con los estudiantes, por lo que hay ciertos aspectos en los cuales deberán canalizar sus principales esfuerzos, algunas ideas al respecto son:

Comprender que las TIC son recursos necesarios para enseñar y para aprender; realizar las adecuaciones pertinentes en los contenidos académicos; fomentar el rol activo en los estudiantes, que se responsabilicen por su propio aprendizaje y que sean protagonistas del mismo; realizar cambios en la metodología del aprendizaje y la enseñanza; propiciar que el aprendizaje sea multidireccional, en el aprovechamiento de la información y la conexión con el mundo entero; practicar y hacer practicar los valores universales e institucionales entre el grupo de estudiantes; despertar en ellos la curiosidad para investigar y profundizar más sobre los temas que se revisan en el programa de la materia asignada.

Atreverse a cambiar la práctica docente, permite dimensionar el alcance que puede lograrse en la construcción de aprendizajes a través del uso de las TIC, darse cuenta que el aprendizaje rebasa fronteras, activa ambos hemisferios cerebrales y es posible aprender con todo el cerebro, de tal manera que la creatividad estará presente en todas las partes del proceso.

Es posible también estar en comunicación constante, respetuosa, estar conectados en cualquier punto geográfico que sea; construir un aula inversa; también es estar a la moda…

Revisar cuáles son las aplicaciones electrónicas más usuales y que están disponibles para ser utilizadas de inmediato, dará como resultado una mejor experiencia de aprendizaje y enseñanza, que estará a la mano y será evocada con agrado.

Algunas aplicaciones fáciles de utilizar, favorecen el trabajo colaborativo entre integrantes de equipos; el espacio en Facebook puede convertirse en una plataforma para crear foros de discusión; comunicarse a través del correo electrónico o el whatsapp y el twitter, para fomentar la expresión de los participantes con relación a las temáticas; la creatividad de los estudiantes puede canalizarse en diseñar páginas web y blogs…

El profesor debe ser guía de sus grupos de estudiantes en la búsqueda y procesamiento de la información que se encuentra en internet, que sea necesaria, fidedigna y se haga en forma ética. Enseñar que “copiar y pegar” es una práctica deshonesta que impide el aprendizaje y la adquisición de conocimientos.

Se torna sencilla la transición del docente del siglo XX al del XXI, solo es cuestión de integrar las TIC en los procesos de enseñanza y aprendizaje, desarrollar las competencias necesarias para su manejo adecuado, actualizarse, atreverse a innovar dentro y fuera del aula de clases, de manera congruente con la modalidad educativa que se lleve a cabo.