A FUEGO LENTO
Irma Barquet
Eso no está bien, mi niña…
No, no se trata de tu vida.
A leguas se ve que provocaste un lío, del cual será muy difícil que salgas… es
un verdadero embrollo… descomunal… Lástima que no estoy cerca de ti para
echarte una mano… Además, espero que comprendas que a lo que me refiero es al
arroz…
He tratado de estar en
contacto contigo desde que me marché, mi niña, y hasta ahora lo pude conseguir…
¿Qué es esto que veo? Acuérdate que para que se cueza el arroz, ha de ser a fuego
lento. Te dije un montón de veces que el agua debe estar caliente antes de que
se la viertas… así es la cosa…
Como si pudieras
escucharme, me he hecho amigo de Don Antonio. ¿Lo recuerdas? ¿Sabes a quién me
refiero? Pues él está aquí… a mi lado y me asegura que no me puedes oír ni un
carajo… Pero yo le digo, que constate que en realidad sí me escuchas… porque le
bajaste a la lumbre para que el arroz quedara en su punto…
Se lo enseñaste mientras
estabas vivo, ahora, mi niña, porque es más mi niña que tuya, solo recuerda las
instrucciones que en alguna ocasión le diste…
Mi amigo Don Antonio no
cree que yo soy tu coach desde aquí, donde me encuentro. He de decirte que está
colaborando conmigo porque no tiene pa’dónde hacerse. Él sabe que estaremos
juntos por un tiempo prolongado y me está persuadiendo de que en la medida en
que nos llevemos bien, será mejor nuestra experiencia de… estar cuando nos
necesites.
Me tomó casi una semana
–así como se mide el tiempo allá, donde estás, en el mundo de los vivos- mi
niña, que Don Antonio se uniera conmigo en esta misión de ayudarte, en honor a
nuestra amistad.
Es momento, mi niña, que
tengas la paciencia debida para que el arroz que estás cocinando te quede
magnífico… recuerda los ingredientes y esos secretos de cocina que solía
revelarte. Déjame decirte que Don Antonio y yo, en ocasiones, no concordamos
con nuestros puntos de vista, pero lo que nos sostiene juntos es la misión que
nos hemos trazado contigo.
En lo que sí coincidimos es
que sigas adelante con tus planes, que nosotros, desde acá te apoyaremos.
Aunque Don Antonio es un poco renuente a creer que el más allá no puede ser
esto y que Dios nos ayuda también a nosotros para que tus planes se realicen de
la mejor manera… pero poco a poco se da cuenta.
Dudas tantito, mi niña…
mira bien lo que requieres, hazlo como si yo estuviera contigo, aunque no me
puedas ver… pero apenas me puedes escuchar. Podrías confundir mi esencia con un
ligero viento, pero ¡adelante! soy yo… Te detienes por un momento, te quedas
ahí, estática, atenta a lo que consideras que pueda ser mi voz, en tu interior…
Recuerdas aquellas voces que solíamos detectar cuando estábamos allá, parecían
tristes sonidos del viento que frotaban sobre la cantera…
Te preguntas por qué, justo
ahora, me recuerdas… Mira cómo estás preparando los ingredientes para el
suculento platillo… Te lo expliqué una vez… esto es fundamental para que logres
tus proyectos. ¡Qué bueno que lo hayas hecho con tanto coraje! porque es lo que
convenció a Don Antonio de que vas por buen camino…
¿Cómo es que estamos
juntos? Ya tendré oportunidad para explicarte el funcionamiento de este sitio,
aunque es muy poco lo que me permiten declarar. Mi boca está cerrada… sellada
de verdad… pero no tan hermética como te lo prometí cuando me contaste tus
problemas… aquí no puedo mentir por nada de este mundo… bueno, de aquel
mundo…
Desde aquí, Don Antonio y
yo podemos darnos cuenta de lo que piensas, así que será inútil que quieras
esconder tus pensamientos o tus ideas o tus planes… Podemos guardar algunos
secretos tuyos, algunas intimidades que no necesitamos decirle a nadie. Don
Antonio sabe de tus tribulaciones, de ninguna manera las ignora…
Evita permitir que me
distraiga de ayudarte a hacer ese arroz, mi niña, porque debe salirte bien…
Integra todos los ingredientes, en su momento… y cuando suelte el hervor, le
pones sus sabores… recuerda la sal. No requiere tanto tiempo de cocción… a
fuego l-e-n-t-o…
Con relación a que Don
Antonio y yo nos encontramos juntos, te lo debemos todo a ti. Cuando me vio por
primera vez, al tiempo que cruzaba el umbral de la puerta principal, con
expresión adusta me preguntó ¿Y quién chingaos es usted?... Era el primer visitante
que había recibido en más de 40 años… por eso lo comprendo…
Mi nombre es Pablo…
Estaba consternado, pues
desde que partió no había visto a ninguna alma y justo resultó ser la mía, la
que vino a verlo... Me dieron ganas de estrecharle la mano para darle un saludo
fraternal, pero en este sitio no hay permiso de tocar a nadie… es mejor guardar
la distancia, especialmente si es alguien con quien se va a pasar mucho
tiempo…
¿Pablo?... ¿cuál es su apellido?
Así no más: Pablo… también
le conté que hace algún tiempo te conocí, mi niña y que logramos tener mucha
comunicación y puntos en común… Le confesé lo grato que era compartir los
momentos tan prolongados de café, cuando solíamos tener charlas interminables
acerca de temáticas infinitas.
Tú eres la que nos reúne,
mi niña… eso le dije a Don Antonio…
Esa niña tuya es un
desastre… es mi niña también… Estaremos atentos a que cumpla sus proyectos así
como le dices, lo que también es fundamental en la preparación del emyadra… a fuego lento…
Wow! Que lindo relato entre tú, tu papá y Pablo, es tu ángel de la guarda, verdad?, el que justo acaba de cumplir 32 años con este nuevo terremoto?
ResponderBorrarO se llamaba de otra forma? Me gustó mucho, a-f u e g o- l e n t o, tal como se lleva la vida
Que bello relato, simplemente eso puedo decir.
ResponderBorrarMUY BUENO,ME TRAJO GRATOS RECUERDOS POR SITUACIONES PERSONALES QUE HE VIVIDO,GRACIAS POR COMPARTIR.
ResponderBorrarCada día me sorprendes más, tus relatos me parecen fabulosos, despiertan el interés de leerlo desde las primeras líneas. Te felicito una vez más,no pierdas ese don, sigue poniéndolo en práctica. bessie
ResponderBorrarLa comunicación con aquellos que ya han partido sigue vigente cuando tuvimos identidad, sabemos que desde algún lugar están invisibles pero con nosotros, para gozar de nuestros éxitos, o apoyarnos ante un fracaso , considerándose como guías de nuestros proyectos.
ResponderBorrarMe encanto,creo que el estilo y la forma en que lo escribiste nos lleva lugares y espacios no conocidos, mas mantiene un interes y una cercania con las personas que amamos.me encanto felicidades
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