LA CHICA
Irma Barquet “Querida, es tiempo que encuentres un marido”, fueron las sabias palabras de su tía “consentida”, por lo que la chica solía poner atención a lo que ella le decía. “Es importante que tengas un marido que cumpla con todo lo que necesitas tener: en lo físico, en lo emocional y en lo material”. La chica permanecía “rumiando” esos dichos de su tía. Eran ideas que, al parecer, le agradaban. “De alguna manera tengo que continuar con la tradición familiar”, decía en su diálogo interno… “es imposible seguir defendiendo una posición que va en contra de lo establecido”. Así pues, la tía acompañó a la chica en la búsqueda de un hombre que cubriera todas las necesidades especificadas por la tradición consanguínea, por lo que prepararon el equipaje y emprendieron un viaje para cumplir con el objetivo propuesto. La tía era una mujer de edad madura, que gozaba de una belleza encantadora: su tez rosada y el color de sus ojos hacían un hermoso contraste, los rizos q