Irma Barquet Este hombre de gran talento, solía hacer viajes al otro lado del mundo, a ciudades que consideraba misteriosas, atraído por esa curiosa forma que tenía por descubrir los más mínimos detalles y vivir los diferentes rituales orientales. Generalmente se hacía acompañar por aquellas mujeres que le prodigaban el amor o lo que se le pareciera al amor, que él requería, sin ataduras, sin complejos, sin compromisos. Todas estas mujeres, tuvieron en Geoffrey a un amante extraordinario, aunque con una personalidad complicada… además gustaba de ciertos placeres mundanos combinados con estupefacientes que le daban oportunidad de “soltar”, de evadirse con aquella complacencia inigualable. Casi todas sus “relaciones amorosas” terminaban mal… peleas… reconciliaciones… corazones rotos… sin embargo, él no claudicaba ante tantos deleites que la vida le proporcionaba. Geoffrey era cazador y era cazado en innumerables ocasiones... enamorarse, era como el padecimiento de una