Irma Barquet Comparte

Irma Barquet Era, supuestamente, una pareja de enamorados. Ella tenía mucha ilusión de que su relación sentimental trascendiera cuando ambos se convirtieran en compañeros de vida, de sus propios proyectos. Cuando llegó a la ciudad de San Pedro, ubicada en un país lejano. Es una de las ciudades principales, por lo que ofrece a sus habitantes y turistas… Él estaba ahí, en el aeropuerto, justo en la sala de espera para recibirla. La finalidad primordial era conocer la ciudad, ya que los planes estaban orientados a hacerla su lugar de residencia, además de pasar la Navidad y conocer a la futura familia política. Después de una recepción muy efusiva, abordaron un auto compacto, del año, en dirección al departamento donde él vivía. La actitud expectante de ella, hizo que todos sus sentidos estuvieran puestos en lo que vería y lo que viviría en esos días de festividades. Llegaron. Después de subir dos niveles por las escaleras, él abrió la puerta, al tiempo que le dijo:

Irma Barquet Decir gracias, es un don y una oportunidad para reconocer lo positivo, lo significativo que vivimos cuando estamos en contacto con las demás personas. Emmons (2010), menciona que la gratitud es una virtud que debe enseñarse y cultivarse, a través de la práctica cotidiana y que, desde el punto de vista Aristotélico, es una fortaleza de carácter. El mismo autor, define la gratitud como algo de valor que se recibe de otras personas, que con apertura, se reconoce la generosidad de los demás. La gratitud permite conservar un equilibrio en el estado emocional, de satisfacción y calidad de vida (Moyano, s/f), por lo que se ubica como una fortaleza humana, que implica consciencia de haber recibido un beneficio, que, generalmente, cumple con las siguientes condiciones: 1) la percepción de valor en lo que se recibe; 2) el reconocimiento de quien se recibe el beneficio y 3) la percepción de lo que se recibe como un regalo. La definición que señala Fredrickson (2009