MATERNIDAD VERSUS NO MATERNIDAD
Irma Barquet
Galaxia
Para una gran parte de la población mexicana, la mamá es una figura muy importante y significativa. Muchas personas se deben a su madrecita santa y es la razón por la que cada 10 de mayo el festejo se pone en grande, para demostrar el amor que le tienen a la autora de sus días.
De acuerdo con la Real Academia
Española, el término “madre” se refiere a la mujer que ha concebido o parido
uno o más hijos, por lo que debemos tener esa idea en el radar para lo que se
presenta a continuación.
En la víspera del día de las
madres en México, se antoja tratar el tema de la maternidad desde dos
diferentes perspectivas: la maternidad versus la no maternidad, para lo cual,
tuvimos la oportunidad de acercarnos a dos personas que han vivido cada una de
las condiciones mencionadas y nos comparten sus experiencias. Ellas son Lupis
y Yeya, para que sea posible distinguir sus posturas con relación a la
temática que nos ocupa. Ambas pertenecen a la generación de los Baby Boomers,
del mismo estrato social, cuentan con preparación profesional y con
independencia económica.
De acuerdo con la situación de
maternidad que tiene Lupis y de la de no maternidad que tiene Yeya,
se les formularon algunas preguntas que orientan su participación e ilustran
sus experiencias:
¿Qué significa para ti tu
condición de maternidad, Lupis, y para ti, Yeya, la de no maternidad?
Yeya: No haber ejercido la
maternidad, es muy significativo, pues ha sido un proceso difícil en el
trayecto de mi vida que superé desde hace mucho tiempo, condición que asumí con
dignidad y orgullo. Fue un camino recorrido con dificultad de acuerdo con el
contexto social y de la etapa de mi vida en aquel momento. Me vi envuelta en
una ola de presiones y rechazos, primero de mi familia, de mis amigas y
posteriormente de mi círculo social y laboral más inmediatos. Las personas de
mi generación teníamos que cumplir el requisito de matrimonio y de maternidad
que marcaban los cánones sociales de ese momento, obligaciones que me salté por
azares del destino. Entonces, por ejemplo, nunca faltaron las linduras de
comentarios en las bodas: “¿Y tú para cuándo?” o en baby showers: “Y tú, ¿ya
mero?”. Cuando mis amigas se casaron, me enteraba que organizaban reuniones de
“parejas” y, obviamente, yo no era requerida. Hubo mil insinuaciones de armar
encuentros con personas para presentarnos. Hasta mi integridad heterosexual se
vio comprometida por algunos dichos. En aquel momento era muy importante,
socialmente, cubrir el expediente de matrimonio y maternidad. Decidí, por fin,
hacer caso omiso de lo que dijeran los demás con relación a mi persona, mi
estado civil y mi no maternidad. Mi actitud cambió con relación a los
comentarios desagradables que me dirigían y mis respuestas ponían tremendos
tapones de boca; dejó de parecerme importante el espejo social. Convencida de
que no tengo que demostrar nada a nadie. Después de todo lo que viví con
relación a mi no maternidad, de un tiempo a la fecha, sé que mi situación es
envidiable para más de alguna persona y es lo que me ha hecho portarla con
inmenso orgullo.
Lupis: La maternidad, para
mí, significó todo un proceso por el que pasó todo mi cuerpo y mi mente, Inició
cuando tenía 26 años de edad, no sabía absolutamente nada al respecto. El
primer embarazo fue una experiencia que me benefició para el segundo, me dio el
conocimiento para prepararme sobre la marcha, para pasar el período de
gestación y para el alumbramiento. Considero muy importante la preparación de
las mujeres para enfrentar la maternidad, con todos los recursos que
proporciona el conocimiento, de tal manera, que puedan ser capaces de
cuestionarse, por ejemplo: ¿Para cuántas hijas me alcanza la paciencia que
tengo? ¿Para cuántas me alcanza el tiempo que tengo disponible? Y si tengo que
trabajar y estudiar, ¿tendré tiempo, paciencia, dinero, salud, para la crianza?
¿Quién me va a cuidar a mis críos? ¿Tengo
una casa o un departamento adecuados para mis infantes? Y ¿si me quedo sin pareja? ¿Los puedo criar
sola? ¿Tendré tiempo para mis actividades personales? ¿El planeta alcanza para
más? ¿Soy enojona, impaciente, intolerante? Quiero … ¿qué quiero? ¿Qué no
quiero? ¿Por qué? ¡Cuestionamientos sencillos, útiles para la reflexión, que
pueden dar cabida a muchas preguntas más!
Tu condición de maternidad o
de no maternidad ¿Cómo la vives? ¿Cómo la construiste?
Yeya: La vivo con la frente en
alto, me siento muy satisfecha y privilegiada. Considero que defender mi
postura, como lo señalo anteriormente, dio muy buenos resultados pues mi
círculo social y laboral, se dio cuenta de lo respetable y legítima que es mi
condición. Con los años, algunas de mis amigas me dijeron “¡De la que te
salvaste!” con referencia a no haber tenido hijos, lo que hizo que dibujara una
sonrisa en mi rostro. Entonces me invitaban a reuniones, sin importar que
llegara sola. Disfruto mucho de las fiestas y de la compañía de mis amigas, con
quienes se ha reforzado la amistad con tanto cariño y respeto que hay entre
todas. También, me parece que mi desempeño profesional ha contribuido a hacerme
sentir segura de mí misma, como mujer independiente, con un trabajo importante,
con una situación diferente al común denominador de las personas. El desarrollo
de mis habilidades sociales ha permitido que me relaciones positivamente con
mujeres y hombres, establezco fuertes lazos afectivos.
Lupis: Viví mi maternidad a
fuerza de tropiezos, de aprender de los errores, como si hubiera sido un
experimento biológico, pues se trataba de seres vivos. En ese intento de
construcción, casi destruyo nuestras vidas, pasamos algunas dificultades, pero
logramos sobrevivir. Fueron obstáculos extremos, como el accidente que sufrió
uno de mis hijos o como el desequilibrio emocional del otro, que lo llevó a
tomar una decisión tan equivocada que, afortunadamente, alguna razón lo hizo
desistir de ésta, lo que celebro enormemente. Considero que es el mismo proceso
por el que pasan las mamás, o algunas de ellas. Las experiencias vividas en mi
infancia me impidieron tener una mejor manera de ser madre, fueron
circunstancias funestas, me tomó mucho tiempo tratar de curar las secuelas,
que, además, han estado presentes en mi vida, dejaron estragos en la relación
con mi madre, con mi ex pareja, con otras personas.
Ser madre o no serlo, ¿fue por
una decisión o fue circunstancial?
Yeya: Es difícil determinar si
fue por decisión o circunstancial. La vida me llevó por ese camino en el tema
de la no maternidad. He tenido muchas responsabilidades profesionales y
económicas que, seguramente, me distrajeron y lo subordiné, creo que fue
inconscientemente.
Lupis: Considero que fue
meramente circunstancial. No fue planeado, ni organizado, incluso, ni deseado,
como seguramente les pasa a muchas mujeres, aunque hay que tomar en cuenta la
irresponsabilidad, presente también en la pareja sentimental, en aspectos como
el sexual, el emocional, el económico. Es decir, no construí el “nido” con
anticipación, fue mucho después de mi improvisada e impensada maternidad. Esa
falta de planeación fue la que me hizo caer en errores.
¿Alguna vez pensaste en la
posibilidad de no ser madre, Lupis; y tú Yeya, en la posibilidad de ser madre?
Yeya: ¡Claro que pensé en ser
madre! Aunque nunca tuve la maternidad como fin último en mi vida. Mi corazón ya
había elegido con quién tener, por lo menos, un hijo. De lo que sí estaba
segura es que no quería ser madre soltera, debido a las exigencias sociales del
tiempo, tener un nene sin padre, representaba traerlo con desventajas, no me
gustaba la idea, para nada. Mucha gente, entonces, creía que la “realización”
de las mujeres era la maternidad, nunca estuve convencida de eso. Ese término
es subjetivo, relativo. Algunas personas buscamos motivaciones en varias
dimensiones de nuestra vida, no solamente en poner a funcionar nuestro útero.
Lupis: Nunca pensé en la
posibilidad de ser madre, nunca quise. Me doy cuenta ahora, por el conocimiento
adquirido, que seguramente no quería tener hijos por las situaciones vividas
que me dejaron grandes secuelas y que desde hace muy poco tiempo he logrado
sanar. Ojalá hubiera una preparación académica para aprender a ser madre, la
hubiera cursado completa, para asegurar que iba a tener un mejor papel en la
gestación, en el alumbramiento y en la educación de mis hijos. También, a estas
alturas de mi vida, he pensado que pude no haber sido madre por decisión o por
falta de interés
La maternidad o la no
maternidad ¿Cómo afectó tu vida?
Yeya: Hubo obstáculos que pude
sortear, dejé que las cosas fluyeran a su propio ritmo, sin hacer caso “al qué
dirán”, eso me hizo sentir liberada de todas las presiones sociales y
familiares. La madurez me ayudó enormemente a plantarme como una digna mujer
sin hijos.
Lupis: La maternidad afectó todos
los aspectos de mi vida.
De
acuerdo con tu condición de maternidad o de no maternidad, ¿qué aspectos
consideras positivos?
Yeya: Definitivamente mi
situación de no maternidad me trajo grandes beneficios en la esfera laboral;
podía hacer viajes de trabajo sin problema de afectar a otras personas; pude
acceder a puestos directivos y a tener disponibilidad de horario. También en el
ámbito académico, ya que tuve la oportunidad de ingresar a posgrados,
desarrollar los proyectos que eso implica, sin tener que “sacrificar” el tiempo
de alguien. En la parte personal, hago muchas cosas que me gustan, libremente,
con la consciencia que no hago daño a nadie. En el aspecto social, es más
factible que participara de eventos sin estar contra reloj… en fin.
Lupis: Puedo reconocer que
mientras mis hijos y yo estemos sanos y salvos, es todo un éxito. El
aprendizaje que ha significado para mí ser madre. La lactancia, en mi caso,
estuvo llena de momentos maravillosos, más allá de su significado físico, en el
aspecto emocional y de acercamiento con mis hijos. Haberme preparado para
llevar a cabo la lactancia hizo la diferencia.
De acuerdo con tu condición de
maternidad o de no maternidad, ¿qué aspectos consideras negativos?
Yeya: Ya capitalizada mi
experiencia de vida, prácticamente, considero que no hay aspectos negativos en
mi condición de no maternidad.
Lupis: Todos los errores, inconvenientes
que tuve que sortear, la inmadurez, lo que mis hijos tuvieron que vivir por mi
inexperiencia, fueron impedimentos para poder cumplir como “buena madre” desde
una perspectiva idealizada. La falta de conocimiento para educar a mis hijos y
haber recurrido a la aplicación de correctivos, que en ocasiones dejan secuelas
negativas, cuando se pugna por lo contrario y que son producto de repetir el
modelo que tuve con mi madre. He sentido muchos fracasos en mi rol de mamá, de
pareja, de ser humano. Fui mi peor crítica. Me consideraba incapaz para muchas
cosas.
Gracias a Lupis y a Yeya por permitirnos explorar sus puntos de vista sustentados en sus propias vivencias sobre la maternidad y la no maternidad, respectivamente.
Estas son las versiones expuestas de dos mujeres, que tienen algunos aspectos en común pero que sus condiciones con respecto a la maternidad, son muy diversas. De ninguna manera es posible generalizar con base en la vivencia de dos personas, es solo un pequeño ejemplo. La experiencia de cada mujer, en condición de maternidad o de no maternidad es única, irrepetible, subjetiva, valiosa en sí misma, una fuente inagotable de enseñanzas, llena de sentimientos, emociones, sensaciones.
El énfasis que se hace con
respecto a la preparación previa a la maternidad, es para tomarse en cuenta. Es
un asunto del que se adolece desde hace tiempo y prevalece en la actualidad. El
contexto en el que viven las mujeres, marca la pauta, puede o no ser propicio
para prepararse, para reflexionar, para cuestionarse. La etapa de la vida de
las mujeres, también es un factor que influye, así como las condiciones por las
que se convierten en mamás.
Las mujeres, en su rol de madres,
los hombres, como padres, bien pueden fungir como maestros en la educación de
sus hijas e hijos en este rubro, pues son tema que atañen a hombres y mujeres
por igual. La apertura y claridad con que se traten los temas que involucran la
maternidad, tendrán repercusiones positivas en las generaciones venideras.
Algunas ideas vertidas en estos
textos dan mucho más para investigar, para profundizar, para presentar como
temática, tanto por separado como en su conjunto, pertinentes para el debate y
la discusión. Es menester que todas las mujeres, en las mejores circunstancias
posibles, mediten sobre la maternidad versus la no maternidad.
Agradecimiento especial a Galaxia, por su colaboración.
Los puntos de vista son relativos, todas tenemos experiencias diferentes y son respetables. Saludos querida Barquet
ResponderBorrarES INTERESANTE COMPARAR Y ENTENDER EL PUNTO DE VISTA DE CADA QUIEN. SALUDOS IRMA
ResponderBorrarSoy mamá de dos mujeres y se viven infinidad de situaciones que, cómo se dice, nunca dejas de ser mamá. Un abrazo Irma
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